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(Seleccionado por Piedad H. Navarro López)
Guías de crecimiento en el Reino
PARTE 1
Vivir el estilo de vida del Reino de Dios
Viaje de la Religión a la Relación
Creciendo en el Evangelio del Reino
OÍR POR EL ESPÍRITU (# 1)
¿Será posible que después de todo este tiempo estemos comenzando a darnos cuenta de que no hemos estado predicando el mismo evangelio que predicó Jesús?
Jesús predicó el Evangelio del Reino. Algunos de los hombres más inteligentes de la historia han estudiado y escudriñado diligentemente las Escrituras en detalle, pero no pudieron escuchar el Evangelio del Reino.
Jesús predicó y enseñó profundos y ocultos Misterios del Reino de Dios que no pueden ser descubiertos por el intelecto humano. Son verdades espirituales que sólo pueden ser transmitidas por el Espíritu Santo y deben ser recibidas por los oídos espirituales del hombre. Estas verdades espirituales impartidas en el corazón del hombre se convierten en claves para desbloquear la realidad sobrenatural del Reino de Dios, que puede capacitar al hombre para vivir ahora en la Tierra en el orden y poder celestiales.
La sabiduría del Cielo que Jesús impartió a sus discípulos es más alta y mayor que la sabiduría terrenal del hombre. No puede ser descubierta por el intelecto del hombre. Sólo a los espiritualmente maduros, que verdaderamente aman a Dios, se les dan oídos para oír los Misterios del Reino que Jesús predicó.
Porque ya que en la sabiduría de Dios, el mundo a través de la sabiduría no conoció a Dios… 1ª Cor. 1: 21Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 1ª Cor. 1: 25Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que son maduros, pero no la sabiduría de este siglo, ni de los gobernantes de este siglo, que se están desvaneciendo. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la cual ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si lo hubieran sabido, no habrían crucificado al Señor de la gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las ha revelado a nosotros por medio de su Espíritu. Porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 1ª Corintios 2: 6-10
Jesús habló en parábolas de lenguaje simbólico figurativo que parecían como simples historias, a los que no tenían un oído espiritual. Los significados más profundos del Reino han sido malinterpretados por generaciones de teólogos, que solo podían atribuir significado de acuerdo con la luz limitada de la época. Pero, para aquellos que podían oír, el lenguaje figurado de Jesús impartió tesoros de sabiduría para la vida por los principios y valores del Reino de Dios.
Mateo 13: 10-17: Y los discípulos se le acercaron y le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas?
Respondió y les dijo: “Porque a vosotros os ha sido dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les ha sido dado.Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: 'Oyendo oiréis y no entenderéis, y viendo, veréis y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido. Sus oídos son duros para oír, y sus ojos se han cerrado, para que no vean con sus ojos y oigan con sus oídos, para que no entiendan con su corazón y se conviertan para que Yo los sane'.Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen; porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos quisieron ver lo que veis, y no vieron, y oír lo que oís, y no oyeron.
Jesús dejó en claro que a algunos se les dio oído para escuchar los misterios y a otros no. No podían oír porque sus corazones se habían entorpecido. Los ojos y oídos espirituales deben estar abiertos para escuchar los misterios. Sin poder escuchar, ninguna cantidad de estudio puede desbloquear los Misterios del Reino. Estas cosas deben ser recibidas por impartición, a través de una relación íntima con Dios por el Espíritu Santo.
¿Se están abriendo nuestros ojos y oídos espirituales?
Solo en el siglo pasado una parte de la Iglesia religiosa volvió a la práctica de buscar escuchar a Dios directamente. Durante muchos siglos, la opinión general fue que la única manera de escuchar a Dios era a través de la lectura de la Biblia. Ha habido una larga temporada de corazones embotados, oídos con problemas de audición y ojos cerrados. El maravilloso poder y fluir del Espíritu de Dios, que había nacido en Pentecostés, se perdió en los corazones embotados. La religión reemplazó una relación viva con Dios.
La columna vertebral de la Iglesia religiosa durante siglos ha sido estudiar acerca de Dios en la Biblia. La teología (el estudio de Dios) es un ejercicio intelectual que no puede descubrir los misterios ocultos del Reino, que Jesús impartió a sus discípulos. El poder sobrenatural y la sabiduría celestial de Dios no se obtienen a través del estudio intelectual. La Biblia es un libro espiritual que cobra vida sólo por el Espíritu Santo. El conocimiento intelectual de la Biblia sólo puede producir opiniones determinadas en la mente de los hombres. Las muchas opiniones diferentes de los hombres en la Iglesia religiosa crearon escuelas de pensamiento, que dividieron a la gente en muchos miles de denominaciones impotentes.
La columna vertebral de la Iglesia relacional es relacionarse íntimamente con Dios y escucharle por el Espíritu. El objetivo de reunirse en grupos en su presencia no es aprender acerca de Dios, sino conocerle y relacionarse íntimamente con Él. El propósito de reunirse en grupos es experimentar una relación íntima con Dios y con los demás. Nuestra reunión debe ser una experiencia viva con el Espíritu vivificante de Cristo, con el Espíritu Santo impartiendo vida y sabiduría. Una reunión corporativa es también una experiencia de expresar nuestro amor por Dios en sincera alabanza y adoración.
La Iglesia de la Edad del Reino está regresando a la realidad de escuchar y seguir la voz de Dios. Jesús nos instruyó a escucharle a través del Espíritu Santo. Los discípulos vieron y oyeron a Dios y le escucharon por encima de las palabras de los hombres.
Juan 10: 27: “Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco y ellas me siguen”.Hechos 4: 19-20: Pero respondiendo Pedro y Juan, les dijeron: Si es justo delante de Dios escucharos a vosotros más que a Dios, juzgadlo vosotros. Porque no podemos dejar de hablar las cosas que hemos visto y oído”.Juan 16: 12-14: “Yo (Jesús) todavía tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Mas cuando venga el Espíritu de verdad, os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga; y Él os dirá las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y os lo hará saber”.Juan 16: 25: “Estas cosas Yo (Jesús) os he hablado en lenguaje figurado; pero viene la hora cuando ya no os hablaré en lenguaje figurado, sino que claramente os hablaré del Padre”.
¿Qué impide que escuchemos la voz de Dios? ¿Qué nos impide recibir la revelación de los ocultos y profundos Misterios del Reino?
Los discípulos del primer siglo escucharon y caminaron con poder obrador de milagros. ¿Por qué nosotros no podemos?
La respuesta corta es que no tenemos oídos para oír. ¿Pero por qué?
Aquí hay una gran pista para nosotros.
Los discípulos que caminaron con Jesús oyeron pero realmente no escucharon hasta que el Espíritu Santo vino y los llenó. Después de Pentecostés, las cosas que oyeron anteriormente comenzaron a tener sentido y caminaron en el estilo de vida del comienzo del Reino de Dios. Jesús no habló ni demostró los milagros del Reino de Dios hasta que el Espíritu Santo descendió sobre Él y permaneció.
Escuchar a Dios involucra al Espíritu Santo
Escuchar los profundos misterios ocultos implica tener oídos para oír la Palabra del Reino. Muchos de los que están involucrados con el Espíritu Santo pueden escuchar a Dios; sin embargo, puede que no tenga oídos para escuchar los misterios más profundos de la Palabra del Reino. No podemos lograr oídos para oír por esfuerzo, pero podemos cumplir con los requisitos y ponernos en posición para recibir oídos para oír. En 1ª Corintios 2: 6-10 que ya hemos visto, se señalan dos claves principales para oír la sabiduría profunda y escondida:
Madurez espiritual.
Amar a Dios.
La madurez espiritual tiene que ver con la experiencia de andar en el Espíritu. No es necesariamente una cuestión cronológica. El proceso es ser lleno del Espíritu y vaciado del yo. Implica buscar la guía del Espíritu y no nuestro propio entendimiento.
Este será un gran cambio para la mayoría de los cristianos y puede ser muy difícil para la mentalidad entrenada teológicamente. Nuestra primera tendencia puede ser volver rápidamente a nuestros métodos pasados de emplear nuestras mentes para escudriñar nuestro conocimiento almacenado y las Escrituras para discernir la verdad y averiguar qué hacer. Pedir y luego esperar que Dios nos hable por medio de su Espíritu requerirá algo de reentrenamiento de nosotros mismos.
La madurez viene por el ejercicio de andar en el gobierno del Espíritu y no en el nuestro. Pero el alimento sólido pertenece a los que han llegado a la madurez, es decir, a los que por el uso tienen los sentidos (espirituales) ejercitados en el discernimiento del bien y del mal (Heb 5: 14).
Amar a Dios implica entregar nuestras vidas y amarle verdaderamente con todo nuestro corazón (José: Obedecer al Espíritu es amar).
Marcos 12: 29: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
Sólo el corazón puro (José: Aquel corazón que ya ha sido limpiado de toda idolatría del corazón. Esto es IDOLATRÍA DE CORAZÓN:
"Fuertes
opiniones, motivos o deseos ocultos y creencias equivocadas.
Un
ídolo
del corazón
es algún motivo
oculto o deseo
de que nos impide ver (un
velo)
la verdad o ver a Dios como realmente es. Opiniones incorrectas sobre
la Ley, el juicio de Dios, y los factores de misericordia
incorporados en la Ley (como el Jubileo) son evidencia de la
idolatría del corazón. Para derribar dichos ídolos se requiere
exponer
el problema,
porque una
vez que una persona ve el problema, los ídolos se vienen abajo.
Los ídolos del corazón requieren el secreto para mantener el
control; una vez que son descubiertos, pierden su agarre sobre los
corazones de los hombres". Ver Ezequiel 14: 1-5 y 2ª Cor. 10: 1-5) puede escuchar verdaderamente los misterios ocultos. El deseo de tener un corazón puro no es lo mismo que tenerlo. La intención del corazón no es suficiente. Es de la abundancia del corazón de lo que habla la boca y de donde emana nuestra conversación de vida. Si nuestros corazones están llenos de amor por el Espíritu, tenemos un corazón puro.
¿Realmente le amamos? ¿Hay algo en nuestras vidas que amemos tanto o más que amamos a Dios? (José: Un ídolo es algo que amamos más que a Dios. ¿Hay algo que el Señor nos está pidiendo y no se lo estamos entregando?) ¿Qué mora realmente en nuestros corazones? ¿Qué llena nuestra vida de pensamientos? (¿En qué pensamos o estamos enfocados mayormente?) ¿Qué deseos están verdaderamente en lo profundo de nuestros corazones? ¿Qué es realmente importante para nosotros? ¿De dónde obtenemos realmente nuestro deleite? ¿Realmente nos deleitamos y permanecemos en el Señor? ¿O simplemente decimos que sí? ¿Esperamos amar a Dios más que a nada, y esperar deleitarnos en Él, y esperar permanecer en Él?
El amor maduro sabe que nada ni nadie más se acerca (se compara con) a Dios; no hay un segundo muy cercano al amor por Dios en los espiritualmente maduros. El precio que debemos pagar para escuchar los misterios ocultos y profundos de la sabiduría del Reino de Dios es la voluntad de dejar a un lado todo lo que sea importante para nosotros en nuestras vidas (José: La piedra del toque del Vencedor, el precio exigido al "joven rico"); figurativamente, vender todo lo que tenemos para comprar esa “perla perfecta”, ese “campo del tesoro escondido”. Debemos estar dispuestos a perder la vida (vida almática) para encontrar la verdadera vida (del espíritu-Espíritu) en Dios.
Mateo 13: 44-46: Otra vez el reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo, que un hombre halló y escondió; y lleno de gozo va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo.Otra vez el reino de los cielos es como un mercader que busca hermosas perlas, y habiendo encontrado una perla de gran precio, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
Lucas 14: 33: (Y Jesús dijo): “Así también, cualquiera de vosotros que no deja todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.”Mateo 16: 24-25: Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida (vida almática), la perderá, y el que pierda su vida (vida almática) por causa de Mí, la hallará”.
Marcos 10: 29-30: “De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, mujer, hijos o tierras por causa de Mí y del evangelio, que no reciba un ciento por uno ahora en este tiempo de casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones y en el siglo venidero, vida eterna (vida aionian, o en la Edad, se refiere a vida eterna ya en el Reino).
Propongámonos en nuestros corazones este momento para entregarle a Dios todo lo que es precioso para nosotros. Que Él tenga nuestras esposas, nuestros esposos, nuestros hijos, nuestro ministerio (y nuestro deseo de éxito en el ministerio), nuestro negocio, nuestros pasatiempos, nuestra salud, nuestra reputación, nuestra necesidad de aceptación de los hombres, nuestras convicciones religiosas, nuestras doctrinas favoritas, todas las tradiciones, nuestros deseos secretos, nuestras vidas, cualquier cosa en la que nos deleitemos. ¿Podemos confiar en Él para estas cosas? Si verdaderamente creemos que Él nos ama y que lo que Él hará es lo mejor para nosotros, podemos entregarle todo sin reservas, para que haga lo que le plazca.
Si está dispuesto, o si, al menos, está dispuesto a que le hagan querer, para liberar todo lo que está en sus manos, cabeza y corazón, para que pueda escuchar los Misterios del Reino, haga la siguiente oración desde su corazón. Complete el espacio en blanco con esas cosas especiales que usted necesita liberar. Es importante que firme y feche el acuerdo de oración. Entrar y firmar el acuerdo de oración sirve como una apuesta espiritual de compromiso establecido en el tiempo.
El firmante no está buscando escuchar una palabra del autor (de este escrito) o simplemente recibir revelación de este trabajo, sino que busca específicamente escuchar profundos misterios de Dios que impactarán grandemente su vida y le empoderarán.
Sólo cuando la máxima sabiduría de Dios impregne nuestros corazones podremos conocer la verdadera paz y satisfacción. Y sólo cuando le hayamos dado todo a Dios, todo lo que tenemos, todo lo que somos y todo lo que nos importa, estaremos en condiciones de recibir oídos para oír los profundos y ocultos Misterios del Reino de Dios.
Mateo 13: 9: ¡El que tenga oídos para oír, que oiga!
ACUERDO DE ORACIÓN
Padre Celestial, en el nombre de Jesús, por el poder del Espíritu Santo, ante Ti me arrepiento y me alejo de todo lo que está en mi corazón.
Ahora por un acto de mi voluntad, te entrego todo lo que es precioso en mi vida. Te entrego específicamente mi negocio, mi familia, mis ambiciones, mis posesiones, mi __________ __________________ , _____________________ y mi ______________________.
Dios, soy alguien que verdaderamente te ama. Jesús, Tú eres mi Señor. Te amo por encima de todo. Nada ni nadie más es mi Señor.
En el nombre de Jesús, por el poder del Espíritu Santo, ato todas las obras de las tinieblas, la ceguera, el engaño, la ilusión, las tradiciones de los hombres y la religión que están afectando mi vida. Suelto el Espíritu de Revelación en mi corazón.
Padre, en el nombre de Jesús, elijo abrir mi espíritu para recibir lo que antes estaba oculto, para recibir tu sabiduría. Concédeme la mente de Cristo. Espíritu Santo ven en poder, habla a mi corazón los misterios ocultos de la sabiduría de Dios. Llena mi corazón con la luz y la vida de Dios. Dame oídos para oír en mi corazón.
En el nombre de Jesús, Amén
Orado en esta fecha ________________
Firmado ___________________________
Si tiene preguntas o necesita ayuda, comuníquese con Ron McGatlin basileia@earthlink.net
Siga persiguiendo el amor,
Nunca fallará,
Ron McGatlin
basileia@earthlink.net
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