TRES TRÍPODES DIRECCIONALES HACIA LA MADUREZ, José

 



Mi carrera en el Señor fue jalonada por tres trípodes direccionales o estratégicos. Fueron mis lumbreras a medio y largo plazo.

El primero de ellos estaba conformado por las siguientes palabras:

OBEDECE, ESPERA, GRADUALMENTE.

Para avanzar en mi carrera primero debía obedecer. Después esperar pacientemente el fruto de mi obediencia. Por último, se me advertía que ese fruto vendría gradualmente y no de golpe.

Si, queridos amigos, no hay otra forma de desarrollar el músculo de la paciencia y la perseverancia.

El segundo de los trípodes fue el siguiente:

SILENCIO, SOLEDAD Y SOSIEGO.

Solamente callando, permaneciendo en silencio en lugar de quejarme, cerrando mi boca, poniendo tapa a mi vasija (Números 19: 15) y manteniéndome en reposo, en quietud, en calma, en sosiego, solamente así, conseguiría escuchar la voz de Dios; ese susurro apacible y delicado, que es imposible de percibir en medio del bullicio (1º Reyes 19: 12). Solo escuchando ese susurro podría permanecer en el amor, en medio de las circunstancias extremas, mientras experimentaba "diversas pruebas" (1ª Pedro 1: 6), esas que vienen y se acumulan una sobre otra y permanecer confiado y esperanzado.

Y este que sigue fue el último trípode que me fue dado:

DIRECCIÓN, COMUNIÓN Y PRESENCIA.

Conocida la dirección (Isaías 30: 21) mediante el susurro apacible estaría enfocado, caminando a su lado por donde quiera que Él fuera, gozando de su comunión íntima (Salmos 25:14) y experimentando la sonrisa de su presencia (Génesis 17: 1), que es su gozo (2ª Corintios 8: 2).

Tal vez, solo tal tez, a usted también le puedan servir de guía mis trípodes.


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