Audiolibro FINIS-TERRE AL BORDE DEL JORDÁN, 7 - Capítulos 4-5: Receta contra el mareo causado por el Extravío / Palabras de consuelo para la Señora
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Capítulo 4
RECETA CONTRA EL MAREO
CAUSADO POR EXTRAVÍO
Composición:
¡SALGAN DE LA ROTONDA DEL ACTIVISMO!
(o de la parálisis del análisis, los que usan sus mentes en lugar de las obras)
Dosificación:
"Así dijo Yahweh: 'PARAOS en los caminos,
y MIRAD, y PREGUNTAD por las sendas antiguas,
cuál sea el buen camino,
y ANDAD por él,
y hallaréis DESCANSO para vuestra alma'.
Mas dijeron: 'No andaremos' ".
(Jer. 6: 16)
Estas son palabras de Yahweh a su pueblo, no a extraños; palabras para creyentes, no para inconversos; es decir, aplicables a la Iglesia. ¡La Biblia es para sus hijos!, pues para los inconversos es como leer el "Espasa Calpe". ¡Apliquémonosla entonces! ¡Démonos por aludidos al leerla!
"Paraos"
Con anterioridad a las lavadoras automáticas existían las de turbina. Cuando apagabas la lavadora la turbina dejaba de girar, pero el agua aún continuaba haciéndolo un poco más por inercia, pero a la postre se detenía también, porque había cesado la fuerza motriz que la impulsaba. A nosotros nos ocurre algo similar; si queremos que nuestro ser interior (el agua) se aquiete, debemos aquietar nuestro ser exterior (la turbina).
En efecto, cuando respiramos armónica y pausadamente, cuando detenemos nuestra efervescente y compulsiva locuacidad o, mejor incluso, nos callamos, cuando dejamos de movernos agitadamente y ralentizamos nuestro caminar, nuestras emociones y nuestra mente también tenderán al reposo y al descanso (Is. 30: 15).
Así pues, cuando uno se da cuenta de que se ha extraviado, lo mejor es parar, no continuar andando. Proseguir por un camino equivocado es perderse aún más, alejarse más del destino correcto. Debemos parar y aquietarnos hasta saber con certeza qué debemos hacer.
"Mirad"
Decía el anuncio de la televisión: "¡El algodón no engaña!". Si pasabas el algodón por los azulejos de la pared y quedaba sucio, era que la pared no estaba limpia, aunque a simple vista lo pareciera. Así mismo, este texto bíblico parece exhortarnos a hacer la pertinente prueba de situación y orientación, para saber dónde estamos. Para ello bastará que observemos objetiva y tranquilamente el paisaje que nos circunda y algunos otros detalles, y observar atentamente para darnos cuenta. Por ejemplo:
¿Nos es familiar o extraño el ambiente? ¿De qué tipo es la vegetación, de desierto de arena o de oasis? ¿Los frutos que obtenemos, son higos o abrojos? ¿Qué es lo que se supone que deberíamos estar contemplando según la "guía turística" bíblica? ¿Hemos interpretado correctamente el "mapa guía"? ¿Qué hora y fecha son? ¿Vamos adelantados o retrasados? ¿Sigue con nosotros el equipaje o lo hemos ido perdido por el camino? ¿Cómo están las reservas de combustible y las provisiones? ¿Estamos perdiendo viajeros en la caravana? ¿Se incorporan viajeros nuevos? ¿Empeoran las cosas o están mejorando? ¿Estamos endeudados hasta las cejas y trabajando para los bancos o llevamos al día la sencilla cuenta de la vieja, aunque vivamos del pan necesario? ¿Estamos perdiendo el “aceite” del motor? Etc., etc.
Una pregunta muy simple lo resumiría todo: ¿Estamos marchando con vaselina o con calzador? ¿Vamos a las trancas y rozándonos el pie contra el muro como Balaam o la cosa fluye armoniosamente? (Núm. 22: 25). Porque la vida en el espíritu es con vaselina, sin esfuerzo, en armonía con el Creador y su Creación, pero la vida en la carne es siempre a contrapelo, con calzador, con fricción.
la vida en el espíritu es con vaselina, sin esfuerzo,
en armonía con el Creador y su Creación,
pero la vida en la carne es siempre con calzador,
a contrapelo, con fricción.
"Preguntad"
Preguntar no es de ignorantes sino de sabios; no temamos pedir ayuda o consejo por miedo a parecer tontos. Pero, ¿a quién pedírsela? ¡Pues a los que entienden de viajes! A los que conocen el camino hacia el lugar al que queremos ir, porque ya estuvieron allí; a los que "tienen la fruta en el árbol"; a las vírgenes prudentes que tienen aceite no solamente en sus lámparas (espíritus), sino además en sus vasijas (almas); a los que están rebosando y pueden vender parte de su aceite (Mat. 25); a los que tienen una unción manifiesta en su porte, autoridad, a aquellos que transpiran paz, gozo y frutos espirituales; a los que tienen su "antena parabólica" siempre sintonizada con la "Emisora".
Casi con seguridad que la mayoría de ellos no serán los que ahora estén al frente, sino aquellas "Marías" que han estado esperando en oculto a los pies del Señor y mientras tanto haciendo las tediosas tareas de rutina que se les encomendaron; aquellos a los que, tras una larga noche de olvido y silencio en la oscuridad, el Señor les ha hecho florecer y fructificar sus varas en señal de otorgamiento ministerial. No aquellos auto-nombrados o nombrados solamente por los hombres (Núm. 17: 1-11; ver también "Autoridad Espiritual" de Watchman Nee).
Hágase un exhaustivo examen de cada estación recorrida, de cada paso dado. Realícese con objetividad y valentía. No continuemos a ciegas por timidez, temor o vergüenza. Que no nos asuste levantar las alfombras, sino lo que nos ocurrirá si no lo hacemos; pues a la postre, más tarde o más temprano, no nos quedará más remedio que hacerlo o Dios lo hará y nuestra desnudez será manifiesta (Jos. 7: 1 y ss.; Ap. 3: 18). Podemos tratar de disimular, pero "ese balido de ovejas y bramido de vacas" que se oye en la trastienda nos delata (1ª Sam. 15: 14).
Perderse puede entrar dentro de lo normal, pero persistir en un camino que se sabe confundido, para ir a ninguna parte, es de necios. ¡Y todo por guardar las apariencias! (1ª Sam. 15: 30).
persistir en un camino que se sabe confundido,
para ir a ninguna parte, es de necios.
Y ¿quién conoce los designios de Dios sino su Espíritu? ¿Quién nos mostrará esas cosas grandes y ocultas que nuestro corazón tanto anhela? ¿Quién escudriña las sendas de Dios sino el Espíritu de Dios? (1ª Cor. 2: 10; Jer. 33: 3).
¿No ofrece este pasaje una invitación a los caminantes extraviados a ORAR?:
"Dios nuestro, nos damos cuenta que nos hemos perdido por el camino. Reconocemos que la culpa es nuestra por soltarnos de tu mano. No vamos a tratar de disimular u ocultar nuestro fracaso espiritual con actividad carnal.
Padre, estamos dispuestos a esperar sentados y quietecitos, que Tú nos saques de este lodazal en el que nos hemos metido. Estamos incluso preparados para regresar, para volvernos al lugar donde nos salimos del camino (Ap. 2: 5), como tantas veces nos dijiste que hiciéramos a través de palabras proféticas. Te rogamos que nos perdones Dios bueno.
Sí, Dios nuestro, los caminos de antes eran nuestros caminos, pero ahora dinos, ¿cual es TU camino Señor? Padre, por favor, aun si no estamos dispuestos a volvernos, por habernos alejado demasiado, vuélvenos a Ti y nos volveremos" (Lam. 5: 21).
"Por las sendas antiguas, cual sea el buen camino"
Antiguas porque son las que abandonamos; aquellas de las que nos desviamos.
"Y volvió (Abram) por sus jornadas... hasta el lugar donde había estado antes su tienda... (Gén. 13: 3).
Sí, amados, de nada ha servido ese camino andado al margen de Dios. Ahora tendremos que regresar por nuestras jornadas, es decir, sobre nuestros pasos, hasta el lugar en que nos desviamos y hacer allí lo que nos negamos a hacer en su día, o deshacer aquello que construimos sin el mandato de Dios y luego proseguir, ahora sí, en SU camino.
Sí, es seguro que tendremos que despedir al Ismael que nuestra carne engendró, junto con su madre esclava, el Viejo Pacto, en el lecho de nuestra impaciencia (Gál. 4: 30). Pero, ¿cuál es nuestro Ismael? Nuestro Ismael es la madera, el heno y la hojarasca; las obras muertas o separadas de Dios, el ministerio que nosotros, y no Él, creamos.
Eso es lo que le ocurrió a Abram, quien todavía no era Abraham, que, como no obedeció al Señor, o más bien, sólo obedeció en parte, quedó velado y se perdió descendiendo a Egipto (caminar hacia el mundo siempre es hacia abajo), adonde nunca debió haber ido. Bajó, pero tuvo que volver a subir (Gén. 12: 10; 13: 1). Caminar al margen de Dios es siempre descender de nuestra posición espiritual; mientras que volverse a Dios es girar ciento ochenta grados y remontar. No es por casualidad que Lot signifique velo.
tendremos que despedir al Ismael que nuestra carne engendró, junto con su madre esclava, el Viejo Pacto, en el lecho de nuestra impaciencia
Sí amigos, Abraham, el padre de la fe, no tuvo la fe suficiente para obedecer a Dios completamente. Dios le mandó salir y lo hizo, pero con retraso y llevando consigo a su casa y su parentela. Probablemente, creo yo, más bien fue arrastrado de la oreja por Taré, su padre; y en contra de las órdenes específicas del Señor, pues no solo se llevó a su sobrino Lot, sino también a su padre Taré. Sabemos esto porque Abram fue llamado en Ur de los caldeos (Hch. 7: 2), pero la Escritura nos lo muestra en Harán, primera escala de su viaje, acompañado de todos ellos. ¿Será casualidad que Taré signifique mora o retardo (Gén. 11: 32). (Para mayor abundamiento sobre esto véase el libro "Transformados a su Semejanza", también titulado "El Dios de Abraham de Isaac y de Jacob" de Watchman Nee).
Démonos cuenta que los escarceos separados de Dios solo nos complican, ciegan, extravían y retardan. Inexorablemente tendremos que volvernos después al punto en cuestión y obedecer, si es que verdaderamente queremos seguir creciendo en el Señor.
De todos modos deberemos acometer aquellas dificultades que "circunvalamos"; "saltar las vallas que en la carrera nos colamos por debajo", acción que aparentemente nos hizo llegar a la meta primero, pero causó nuestra descalificación por el Juez de la carrera después. Incluso las "obras buenas" de la carne son carne y por tanto no son aceptables a Dios y tendremos que desecharlas, deshacerlas. Recordemos que tanto el bien como el mal proceden del mismo árbol, el del Conocimiento, pero no del de la Vida. Aunque hubiésemos alimentado o sanado a todo el continente africano sin el mandato del Señor, no nos será contado; más bien escucharemos la reprensión: "nunca os conocí, alejaos de Mí, hacedores de maldad" (Mat. 7: 23).
Aún las "obras buenas" de la carne son carne
y por tanto no son aceptables a Dios
y tendremos que desecharlas, deshacerlas.
Nos queda por consuelo que si el "Padre de la fe" fue un hombre igualito que nosotros, pues no tenía tanta fe, y Dios pudo hacer tan magna obra con él, nosotros no tenemos menos esperanza.
"Y andad por él"
Solo vueltos, en el camino correcto, podremos echar a andar y no antes.
"Y hallareis descanso para vuestra alma"
"Mi yugo es fácil y ligera Mi carga" (Mat. 11: 30), de lo que se deduce que si nuestro yugo es difícil y nuestra carga pesada, no son ni el yugo ni la carga del Señor. ¿De quién serán entonces?
si nuestro yugo es difícil y nuestra carga pesada,
no son ni el yugo ni la carga del Señor.
¿De quién serán entonces?
¡Qué maravilloso! Si andamos por el buen camino no nos cansaremos y si corremos no nos fatigaremos, porque "los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán,..." (Is. 40: 31). Solamente en sus sendas podremos andar, correr e incluso volar, como voló Felipe hasta el eunuco. Sí, paradójicamente sólo en el camino estrecho hallamos la holgura.
En el buen camino es Dios quien hace el trabajo y no nosotros. ¡Esto es gracia! Sólo Dios puede hacer la obra de Dios. El cristianismo consiste en el Padre-Dios obrando para sus hijos, no en los hijos obrando para su Padre-Dios. ¿Extraño? Pues siendo lo mismo que los padres naturales hacen para sus hijos, ¿habrá de extrañarnos que Dios lo haga con los suyos? En el camino acertado el Ángel de Yahweh marcha delante desbaratando ejércitos y asaltando muros (Sal. 18: 29), conquistando, para que nosotros entremos a poseer.
Sí, paradíjicamente sólo en el camino estrecho hallamos la holgura.
En el buen camino es Dios quien hace el trabajo
y no nosotros. ¡Esto es gracia!
Sólo Dios puede hacer la obra de Dios.
El cristianismo consiste en
el Padre-Dios obrando para sus hijos,
no en los hijos obrando para su Padre-Dios.
"Mas dijeron: No andaremos"
Al igual que en Isaías 30: 15 y en otros pasajes, ¡triste y dolorosamente el pueblo no quiso! El pueblo se negó a obedecer, no quiso retornar a las sendas antiguas y el Señor tuvo que decirles: "¡Con que no queréis caldo! ¡Pues ahora tendréis dos tazas! Os llevaré a Babilonia, para ser allí esclavos".
Pero, ¿y la Señora? ¿Qué dirá la Señora?
Capítulo 5
PALABRAS DE CONSUELO PARA LA SEÑORA
(El Último Gran Avivamiento – U.G.A.)
Isaías 51: 21 - 52: 3
21. Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, y no de vino:
22. Así dijo Yahweh tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.
23. Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran.
1. Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén (Señora), ciudad santa;
porque nunca más vendrá a ti INCIRCUNCISO ni INMUNDO.
2. Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.
3. Porque así dice Yahweh: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.
"Afligida, ebria, y no de vino"
La aflicción verdaderamente ha sido tremenda. La Señora lo ha pasado mal. El sufrimiento ha sido grande y duradero. Hemos apurado el cáliz de la ira de Dios hasta las heces. Cáliz de aturdimiento, sopor y vértigo hasta convertirnos en zombis; porque la desobediencia ciega, vela, embota el entendimiento, haciendo que mirando no se vea y oyendo no se escuche. Hasta que no se obedezca al Espíritu, hasta que no nos convirtamos (volvamos) este velo no será quitado y no seremos libres.
¡Oh paradoja, cuando nos sujetamos al Espíritu Santo somos libres! porque donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad (2ª Cor. 3: 14-17; Is. 6: 9-10).
Si empleáramos el argot boxístico diríamos que hemos quedado noqueados, groguis. Esta situación nos recuerda una de las visiones de Rick Joyner. La sobrecogedora visión que relata en "La Búsqueda Final", donde los demonios desde el aire defecan sobre el ejército santo, sin que este pueda o quiera reaccionar.
Pero esto se acabó, nuestro compasivo sumo sacerdote Jesús ha intercedido por nosotros, para que nos sea quitado el cáliz de aturdimiento y de aflicción, y sea pasado a quienes nos angustiaron. A aquellos que se aprovecharon de nuestra impotencia, al extremo de usarnos como carretera asfaltada, como alfombras, ¡cómo felpudos! Escena trágica a más no poder la que presenta Isaías en esta metáfora. Demonios que nos han estado doblegando a tope, sin remisión, sin posibilidad de escaparnos. Realmente una burla en nuestras propias narices (Jue. 16: 25). Este era el deplorable estado al que llegó el pueblo del cautiverio babilónico y este es el deprimente y detestable estado al que la Iglesia Laodicense en cautiverio babilónico ha caído en este Fin de Era.
A tal impotencia cayó la Señora, debido a sus pecados y rebeldía, por dar lugar al diablo en lugar de resistirlo; pero claro, si primero no te sometes no puedes resistir (Stg. 4: 7; Luc. 7: 8).
"Despierta, despierta, vístete de poder"
Nos recuerda el pasaje de Zacarías 3: 1-7, donde el sumo sacerdote Josué es despojado de sus ropas viles y vestido de ropas de gala.
El Señor nos manda despertar; es decir, orar. Y lo dice dos veces, con severidad, con firmeza, de manera solemne e imperiosa. Solamente a través de la oración podremos ser investidos de nuestros vestidos hermosos y de poder; es decir, con la santidad y el poder de nuestro hermano mayor, Cristo.
Nos decía Marco Barrientos en El Escorial, en una de las prédicas más ungidas que jamás haya oído presencialmente, que así fue como Jacob con las ropas de Esaú pudo usurpar la bendición a Isaac. Cuando vamos al Padre vestidos con las ropas de justicia de nuestro hermano mayor Cristo, el Padre "mira hacia otro lado" para no ver nuestra verdadera condición y así poder bendecirnos en su Hijo, sin detrimento de su Santidad y Justicia. Sólo así somos presentables para ser recibidos por el Padre.
Cuando vamos al Padre vestidos con
las ropas de justicia
de nuestro hermano mayor Cristo,
el Padre "mira hacia otro lado"
para no ver nuestra verdadera condición
y así poder bendecirnos en su Hijo,
sin detrimento de su Santidad y Justicia.
Ya es tiempo de vestir nuestras mejores galas, como se hacía en los domingos de antaño, para recibir al Retoño, al Renuevo que está a la puerta. Así vestidos, ¿quién osará venir contra nosotros? (Rom. 8: 31). Decía nuestro amado Watchman Nee, que la invitación al Banquete de Bodas con el Rey solo será enviada a los que posean, no solamente la túnica blanca de justicia o salvación, sino además el vestido real o de boda, el vestido de lino bordado y resplandeciente de la santificación (Sal. 45: 14; Mat. 22: 11-14).
la invitación al Banquete de Bodas con el Rey
solo será enviada a los que posean,
no solamente la túnica blanca de justicia o salvación,
sino además el vestido real o de boda,
el vestido de lino bordado y resplandeciente
de la santificación
"Sacúdete del polvo; levántate y siéntate"
Fijémonos bien que aquí no se dice sacúdete, levántate y anda; sino sacúdete, levántate y siéntate. Tras la santificación viene el Reposo de Dios, no la vuelta al activismo. El proceso, según la carta a los Efesios, es sentaos, andad, estad firmes.
Recordemos que en el primer año después de entrar a la Tierra, y tras cesar el maná, se comió de balde, de lo que los enemigos de Israel abandonaron en su huida, mientras permanecieron sentados hasta que Dios circuncidó sus corazones y celebraron la Pascua.
"Sin dinero seréis rescatados"
El precio ya se pagó, solamente se nos llama a despertar. ¡Gloria a Dios! ¡Gracias Señor! Y no sólo esto, sino que tan pronto como nos hayamos levantado, lo que ya se nos ha ordenado en muchas profecías, Dios nos tiene preparado algo muy especial en recompensa a nuestro dejar de obrar, obedeciéndole quedándonos quietos. Al igual que el padre del pródigo, Él nos aguarda con impaciencia para ponernos el mejor vestido, el anillo, el calzado e invitarnos a comer el becerro mejor cebado; Él está preparándonos mesa en presencia de nuestros angustiadores (Sal. 23: 5; Zac. 3: 4-5).
Creemos que la pequeña y cautiva Señora puede ser la "Elegida" para iniciar y quizás capitanear el Último Gran Avivamiento (U.G.A.), que se desarrollará principalmente en Europa, pero será de impacto mundial. Las naciones vendrán a comprar a la Península Ibérica (España y Portugal), donde estaba Tarsis (de ahí viene el nombre de "las naves de Tarsis"), "el oro refinado en fuego" que LAODICEA, la Iglesia del Fin de los Tiempos, tanto necesita.
"el oro refinado en fuego" que LAODICEA,
la Iglesia del Fin de los Tiempos, tanto necesita.
Cuando este avivamiento acabe solo los Vencedores de la Iglesia serán arrebatados (ser transformados al recibir el cuerpo glorificado). Será un avivamiento mundial cual no lo ha habido antes ni lo habrá. No ya un Pentecostés II, sino el Derramamiento de TABERNÁCULOS. Tan grandioso que cuando venga el Señor a nadie le quedará la excusa de decir: "yo no me enteré, yo no oí el evangelio del Reino". Será el colosal Avivamiento Final que hará arder el planeta bajo el fuego del Espíritu Santo, a través de su Remanente fiel de Vencedores.
Esto será el colofón de las lluvias o LLUVIA TEMPRANA, ahora en el amanecer del tercer día (tercer milenio); lluvias que se iniciaron con la LLUVIA PRIMERA en la Pascua (Egipto) y después con la LLUVIA TARDÍA de Pentecostés (Aposento Alto).
La Tierra una vez fue cubierta por las aguas del Diluvio; ahora será cubierta por un Diluvio del Fuego del Espíritu; por un Bautismo de Fuego que hará que nación tras nación se postren ante el Rey Jesús y que toda la Tierra sea llena de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar. ¡Escrito está! (Is. 11: 19; Hab. 2: 14).
La Tierra una vez fue cubierta por las aguas del Diluvio; ahora será cubierta por un
Diluvio del Fuego del Espíritu;
por un Bautismo de Fuego que hará
que nación tras nación se postren ante el Rey Jesús
y que toda la Tierra sea llena de la gloria del Señor,
como las aguas cubren el mar.
19. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. (Is. 66: 19)
Exportar el "oro refinado" de la fe pura y el "colirio" de una profunda revelación de Jesucristo, que levantará el velo de la ceguera espiritual. ¡Qué altísimo honor para la Señora y su país, Tarsis (Iberia)! El oro de la pura y auténtica fe y la revelación cristalina de la verdad, para la Restauración de Todas las Cosas; oro y colirio que las naciones ahora sí querrán comprar. Fe en la completa Palabra de Dios; en el clímax de la revelación de todas las dispensaciones; en la reunión de todas la cosas en Cristo; en la culminación en la OMEGA. ¡En la manifestación de nuestro Señor Jesucristo! (1ª Ped. 1:7).
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